miércoles, 28 de diciembre de 2011

El octavo pecado capital, la Vergüenza

Se trata del profundo sentimiento que  experimento al comprobar en mi alrededor lo tremendamente alérgicos que somos a nuestra cultura. Me conmueve ver la falta de respeto a nuestras tradiciones, los atentados a nuestras costumbres y el doble rasero de nuestra "lógica" con la  que medimos su fundamento.
Debo decir que no quiero convertir mi blog en un cubo de basura donde vierto mis preocupaciones y mis desagrados con la sociedad. Lo que pasa es que uno de los motivos que tuve para crear mi blog fue mi indignación con muchos aspectos de mi entorno, y quizás me estoy liberando de ellos demasiado rápido.
Siento indignación cuando me doy cuenta de que los españoles, o ciertos españoles, mejor dicho, estamos adquiriendo malas costumbres. Precisamente una de esas malas costumbres es rehuir de las costumbres, valga la redundancia, de tantas y tantas tradiciones que son emblemas de nuestra cultura. Nos encontramos con que la gente, presumiendo de una laicidad desmesurada (como si España siempre hubiera sido laica, no legislativamente, sino culturalmente...) se escandaliza cuando se pone un Belén en el pasillo de un colegio. Asociaciones de padres desencantados, en uno de tantos arrebatos de protección de sus hijos (protección ante el peligroso y dañino Belén) se enfrentan a su pasado, el cual, en la mayoría de los casos quieren rescatar de las cenizas, pero, eso sí, sólo para unos pocos. Señores: esta tradición de poner el Belén trasciende a lo religioso. Me parece muy bien que se luche en contra de la tauromaquia, porque es manifiesto el daño que se causa a los animales (poco a poco, todo tiene su cauce) Vale, perfecto. Pero que alguien me diga si hay algún niño que pueda estar en peligro poniendo un Belén en el colegio, en las calles o en los comercios. Por favor, hay aquí abajo una casilla de comentarios donde todo el mundo puede dejar su opinión (sin tener que registrarse, por cierto) Que alguien me diga por qué cree que los belenes tienen que ser retirados de los colegios. Mejor dicho. Que alguien me diga por qué se tiene que retirar todo lo que huela a Cristo de nuestra educación. Los belenes son una tradición que está arraigada a nuestra cultura con la suficiente ancestralidad como para que se considere una hermosa costumbre popular nuestra. Pero la laicitis pseudocognitiva a la que, invidentes nosotros, nos zambuyimos sin mirar antes al fondo, nos empuja a dar un puñetazo encima de la mesa y derribar ovejas, pastores, ángeles y lavanderas, a Magos con camellos que se dirigen a honrar a un Niño y a su Sagrada Familia, y ya de paso derribar también a esa Sagrada Familia ¿Os dais cuenta del tremendo error en el que nos sumergimos? ¿Os dais cuenta del caos al que nos dirigimos si tenemos que legislar todas nuestras tradiciones, o definir tan escrupulosamente, negro sobre blanco, cualquier tipo de relación entre nuestro lenguaje, nuestras costumbres, nuestro día a día, y lo "correcto"?
No hay que creer en Cristo, o no hay que estar de acuerdo con el Vaticano para dejarse invadir por un sentimiento cuyo origen radica en la creencia de que el nacimiento de un niño va a ayudar a traer la paz al mundo. Si está mal imponer el Cristianismo, ¿también está mal imponer el laicismo? O mejor dicho, ¿un laicismo radical? Es sólo un ejemplo. Definamos, pues, lo que es laicidad. Según nuestras enciclopedias, "laicismo" significa la separación de una confesión religiosa de la organización de una sociedad. No he visto ninguna definición que diga que laicismo es oponerse a la religión, desear que se cierren las iglesias, exigir que los curas empleen guantes de látex para dar la comunión, suprimir imágenes cristianas de las calles, incentivar el tabú "Cristo" en nuestra educación, evitar que 2 millones de jóvenes se junten a rezar, reír y compartir, y tampoco conozco ningún país laico que comparta la idea de laicismo que hay en nuestro país (excepto Francia, cuya amiga mía asegura que a los funcionarios públicos les obligan a ocultar símbolos religiosos cuando trabajan, como una cruz colgada de una cadena. Bochornoso)
También siento vergüenza cuando veo al sector que presume llamarse "progre" sentir aprensión por ser español. Nunca he visto como ahora a tanta gente a la que le gustaría no serlo. Huyen de la bandera española, huyen de nuestro sistema político, huyen del pueblo, de la ciudad. Huyen de la familia, se avergüenzan de sus lazos familiares, y usar costumbres de antaño es visto como algo entre lo morboso y lo absurdo. No es moderno ir a misa, ni tampoco lo es cantar villancicos. Joaquín Sabina, el más progresista de entre los progresistas dice en una de sus canciones que "el portal de Belén es un zulo virtual, donde en vez de turrón se come un marrón [...]" y eso es ser moderno. La gente adopta esa actitud, se mira al espejo y se dice "...pero qué moderno que soy, qué moderna es mi actitud, qué genuina es mi forma de pensar, qué integrado estoy en la sociedad progresista que piensa mucho y conoce tantísimas cosas, y qué poca fe tengo en lo que no puedo ver ni comprobar. Me voy a Sol a quejarme de algo y así entro en contacto con el resto de mis amigos progresistas, nos regocijamos de lo modernos que somos, fumamos tabaco de liar (dentro de poco dejará de ser moderno porque ya hay mucha gente que fuma tabaco de liar), nos enrollamos con alguien que también sea moderno, republicano, a ser posible, aunque no sepa por qué, y hablamos de irnos en verano a Senegal con una ONG, porque allí hay muchos pobres y necesitan que modernos de un país donde no hay pobres (al menos materialmente) vayan a enseñarles a ponerse un condón y a hablarles de lo malas que son las multinacionales, nos hacemos fotos impactantes con nuestra réflex Canon 60D y las publicamos en nuestro blog de denuncia social mediante nuestro Mac Book. Si pueden salir niños pequeños en las fotos mejor, o militares, o ruinas con un galgo desenfocado, que es muy moderno (la foto inclinada, eso sí)" Siento vergüenza, lo reconozco.
Se prohibe piropear a las chicas, mucho más en el trabajo. En el Congreso existen traductores para todas las lenguas de España porque muchos diputados no quieren hablar español porque no se sienten españoles. Me da vergüenza. Algunos que se hacen llamar "políticos" (por cierto, cobran por ello) pretenden cambiar la historia. Alientan el odio entre las personas por su condición religiosa, por sus tendencias políticas y hasta por la forma de vestir. La gente muerde el anzuelo y sigue a rajatabla esas pautas disuasorias, esas semilla envenenada que germina en la gente fértil y frágil y no en las manos del sembrador. Vocear y quejarse por todo es deporte nacional. La gente propone cosas que se oponen con lo que tienen, pero cuando se aplican las cosas que proponen se protesta, la gente emite juicios (casi siempre de la misma forma que yo, desde las redes sociales y el blog, internet, en general) y se culpabiliza a todo aquel que lleve corbata.
La gente se alimenta de los tópicos, de los rumores del falso periodismo y de las imposiciones que marcan los tipos que tienen el don de la palabra. La Navidad se celebra sólo una vez al año, y una vez al año debemos salir a la calle sin coches porque es "el día sin coches". Existe un "Día para la Mujer Trabajadora", un "Día para los Abuelos", un "Día de la Inmigración" y un "Día sin Tabaco", pero no existe un "Día sin Gilipollas", o un "Día del Sentido Común", o un "Día de Pensar" (bueno, existe una jornada de reflexión cada cuatro años, pero sólo sirve para ir a la Puerta del Sol a ligar) Si en algún rincón de internet salta una noticia que dice que ha habido un abuso de un cura, automáticamente se pone en movimiento un espectacular despliegue de maniobras de difusión que bien tiene la finalidad de desairar y desacreditar a la Iglesia más que la intención de conocer la verdad. Tanto es así que nunca se presta atención a las resoluciones judiciales, que en la inmensa mayoría de los casos se desestiman por falta de pruebas, por demostración de infamias o sencillamente por, en muchos casos, no existir ni siquiera el caso. Donald H. Steier es un periodista americano que ha elaborado un vasto informe de investigación en el cual se prueba la falsedad de las acusaciones que se vierten sobre la Iglesia. Pero el de la Canon y el Mac Book no conoce, no sabe, ignora. Todo el mundo nos creemos conocedores de la verdad, enterados de la vanguardia porque leemos. No es culto el que lee mucho, sino el que lee de todo. Así nos va...

jueves, 22 de diciembre de 2011

lunes, 21 de noviembre de 2011

A mis amigos que quieren ser "rojos" y "azules"

En vista de lo que ha ocurrido en las urnas este pasado domingo hemos de tomar unas conclusiones. A diferencia de lo que circula por muchos perfiles de Facebook de algunos amigos míos, yo pienso que la situación era insostenible, y que era tan necesario quitar al gobierno socialista como imponer a un gobierno sólido. En dichos perfiles de Facebook se ridiculiza al gobierno de Rajoy, paradójicamente sin haber tomado aún posesión, y se critica a la sociedad española por los resultados obtenidos, teniendo en cuenta que el resultado no sorprende a nadie. Según ciertas opiniones, la sociedad es incongruente, absurda, y los españoles somos "unos borregos", como afirma una amiga manchega. Ahora somos unos borregos pero antes no, hace 4 años, cuando la gestión del líder "de la ceja" estaba más que en tela de juicio y se vislumbraba la crisis, entonces la sociedad dormía sobre la plena confianza y la tranquilidad del trabajo bien hecho. Entonces, cuando el PSOE obtuvo unos buenos resultados, los españoles no éramos unos borregos. La primera en la frente. Se bromea con el éxito obtenido este domingo por la derecha, apelando a que viajaremos al 36, que ya están aquí. Rubalcaba presumía de ser socialista como Largo Caballero. Me gustaría recordar que el socialista Largo Caballero dijo (en plena época republicana) que si la derecha ganaba las elecciones no quedaría más remedio que coger las armas. Toma socialismo. No debería dar importancia a este tipo de comentarios, pero la realidad es que me dan que pensar, porque, haciendo un esfuerzo para ser parcial, en este caso creo que ha sido un fanatismo socialista quien más se ha esforzado en trasladarnos a antiguas y amargas etapas de la historia de España. No se, la realidad debe ser muy distinta dependiendo de los cristalinos de cada individuo. Ya veremos.

Con los pies en la tierra, creo que debemos dar valor tanto a las palabras como a los hechos, o mejor dicho, a cómo se corresponden las palabras con los hechos. Mariano Rajoy dijo que se iba a entregar para gobernar para todos los españoles (hecho que se ha ridiculizado. Quizás debería haber dicho que iba a gobernar para unos pocos, o tal vez no debería haber dicho nada, pero creo que de todas formas la crítica fácil estará muy presente en el futuro próximo) Mariano Rajoy dijo que la solución a nuestro problema no va a ser fácil (la gente ridiculiza los recortes que lógicamente se van a llevar a cabo). Mariano Rajoy nunca ha dicho que los homosexuales no se pueden casar (dice que es partidario de que simplemente se le cambie el nombre, que no se llame matrimonio. Es una tontería, pero es la diferencia que existe entre eso y oponerse a que se casen) Mariano Rajoy pretende que se frene la diferencia que hay entre ricos y pobres, la cual ha sido mayor a medida que han pasado estos 8 años (ahora hay que ver cómo lo lleva a cabo) Mariano Rajoy quiere mejorar las condiciones laborales de los trabajadores (empezando simple y llanamente con que empiecen a trabajar) Cabe destacar la desproporción de la crítica, siendo más fuerte a los recortes que aún no se han hecho que a la mala gestión que los ha provocado) Mariano Rajoy dijo que va a ser equitativo y solidario (la gente sigue ridiculizando las palabras y llaman al éxodo nacional. El éxodo viene ahora, y no cuando nos hemos bajado los pantalones ante los nacionalistas, ante la chabacanería y ante la manipulación) Cualquier gesto de la derecha es ahora ridiculizado. Todo es objeto de chanza y de humor de monólogo, pero nos olvidamos de que España ha respondido a un estímulo, y esa respuesta era la más esperada, tal y como respaldaban todos los sondeos y encuestas previos a las elecciones. Valoremos con esperanza al nuevo gobierno cuando comprobemos si se corresponde lo que ha dicho con lo que haga, y no antes. Lo digo porque parte de la sociedad ya lo está haciendo. Ante tal comportamiento se me plantea, pues, una cuestión: ¿Sigue habiendo un electorado parcial e irracional? Evidentemente que sí. La prueba de mi afirmación es la lectura en el número de votos obtenidos. En dicho escrutinio se observa que el Partido Popular obtiene un pelín más de votos que en 2.008, pero el PSOE pierde más de 4 millones de votos, que se reparten, mayoritariamente entre partidos minoritarios. No son absurdos esos 4 millones de votos que emigran, sino los 7 millones de españoles que confían en el PSOE que nos ha colocado en la situación actual y que pretendía dar continuidad a la dinámica en los principales aspectos de la política socialista. Y mucha gente no lo ve. Millones de personas no lo ven. Son gente  verdaderamente parcial, firme a un partido pase lo que pase. Ridiculizan, teatralizan y prostituyen a la derecha, y ello me preocupa. Ea.

Una de las materias que merece una atención especial del nuevo gobierno es la de normalizar una situación de tensión social auspiciada por sectores que pretenden radicalizar problemas que no existen. Tales manipulaciones tienen que ver con la homosexualidad, la privatización, la religión, la educación, la "memoria histórica" (cada vez que digo estas dos palabras tengo que tomarme un omeoprazol) y otras muchas cuestiones que han propiciado la discordia y el absurdo enfrentamiento. No obstante, una gran parte de la sociedad esperamos que se lleven a cabo medidas como la derogación de algunas leyes cuyo fundamento tiene sentido en las cabezas de las personas que hacían un gesto con su dedo índice imitando una ceja. Teniendo en cuenta que este gobierno pretende gobernar para todos, espero la anulación de leyes como la del aborto, la del "matrimonio" homosexual (ésta más bien se debe pulir), la Ley de Educación, la ley que se hizo para cambiar la ubicación de los papeles del Archivo Nacional de la Guerra Civil de Salamanca a Cataluña (toma ya, una ley para eso), la Ley de Igualdad (si alguien la necesita creo que es quien la respalda, es de cajón), la Ley de Memoria Histórica, la Ley de Financiación Autonómica, la Ley Sinde y los traductores del Congreso de los Diputados (manda huevos), entre otras que ahora mismo no me acuerdo. Son leyes que complican la ya de por sí delicada situación de nuestro país. Rajoy tiene que mejorar la situación de 5 millones de parados, y al mismo tiempo tiene que hacer recortes sociales (porque hay que hacer recortes y ajustes sociales, no nos engañemos) Tiene que reducir los recursos de las administraciones públicas, lo hará, y debe suprimir muchos agujeritos que vacían un gran volúmen de las arcas públicas. Todo ello se complica si la gente no confía en que deba ser así, y mucho más aún si hacemos de la chabacanería el pan de cada día. La sociedad debe madurar y dejarse de tonterías. La debacle socialista no es casual ni aleatoria. Hay 4 millones de personas que así lo creen, pero también hay casi 7 que creen que no. Ahora tenemos una realidad, y es que España está en muy malas condiciones y son necesarias unas medidas muy incómodas. Mucho me temo que esas medidas serán duramente criticadas por los 7 millones de personas que no querían un cambio.

Debemos empezar a valorar la capacidad de nuestros políticos, y no su simpatía. Debemos tener espíritu crítico, pero no del de plástico, sino del de verdad, del que necesitamos. Debemos sepultar la idea de que "mi ideología es esta, y pase lo que pase, sea quien sea el que se presente, cualquiera que sean las circunstancias, el color de mi sangre es este y mi papeleta siempre tendrá estas siglas", porque eso nos aleja de la prosperidad y del buen camino. Mientras no se cambie esa mentalidad, mal vamos. Mientras siga existiendo el fascismo en las cabezas de los resentidos, el avance se relentiza e impide el progreso (por cierto, ¿por qué se acusa a los votantes del PP de fascistas? No lo entiendo, y nadie me sabe decir por qué...) Sólo espero que vuelva el RESPETO al día a día de nuestra sociedad, que mis amigos aparquen sus prejuicios, que sepan buscar la información "veraz" y puedan distinguirla de la manipulación, que se basen en los hechos. Que no pretendan entrar a formar parte del "catálogo" social que tantísimo daño nos hace. Ojalá valoren más el corazón de las personas que el símbolo que figura en la papeleta de su voto. Confío en que nos visite la madurez y se quede un buen tiempo entre nosotros. Falta nos hace

viernes, 18 de noviembre de 2011

YouCat, la guía del cristiano del siglo XXI

Este verano, en las Jornadas Mundiales de la Juventud se nos hizo entrega de una mochila con un regalo muy especial que el Papa quiso hacernos. Junto con el Evangelio, una guía de la JMJ, un Magnificat, y varios elementos (un crucifijo, un rosario, un abanico, caramelos...) venía un libro que podía pasar desapercibido, pero que sin duda fue el más interesante de cuantos había dentro. Se trataba del YouCat. No se si YouCat se corresponde con la abreviatura de "Your Catechism", con "Youth Catechism" o con "Young Catechism", pero en cualquier caso el YouCat es un libro, un catecismo dirigido especialmente a la gente jóven despierta. El contenido es muy relevante, ya que diversas personalidades de la Iglesia, obispos y cardenales, cordinados por Benedicto XVI y con ayuda de un grupo de jóvenes, han sintetizado la temática pastoral que está ligada a una juventud católica de lo más normal. La forma es igualmente atractiva, puesto que se presenta mediante "quizzes", es decir, preguntas y respuestas. Más de 500 cuestiones planteadas con una fórmula similar a como se las podría plantear cualquier persona, muy natural, muy instintiva, pero contestadas con una exquisita y elaborada lucidez, claridad y sinceridad. La idea del YouCat, como dice el cardenal Schönborn, "...nace del hecho de que los jóvenes protagonistas de este texto pertenecen ya a una generación para la que ser cristianos es una elección consciente"
El libro está estructurado por temáticas, por bloques, y adicionalmente se presentan a modo de glosario, apuntes en los márgenes sobre citas de personajes ilustres acordes con la temática de cada página, citas bíblicas o pequeñas reflexiones que adornan cada una de las cuestiones.

Tanto la morfología como el planteamiento de este catecismo choca bruscamente con la idea que tenemos en mente de anteriores ediciones de los catecismos. Probablemente tengamos guardados los catecismos que estudiábamos previamente a nuestra primera comunión, libros en los que mediante un lenguaje explícitamente teológico se nos presentaban oraciones y aspectos de la ceremonia propiamente litúrgica. Eso es algo que interesa menos a la juventud. Con el YouCat no, se pretende evitar ese lenguaje, en ningún momento se tiene la sensación de leer como si lo que está escrito estuviese dirigido a una persona culta, seria o indiferente. Realmente, con el YouCat ha habido una fuerte reflexión sobre las necesidades que atañen a los intereses espirituales de una sociedad muy vulnerable a la sobredosis de información en que estamos inmersos, y responde a la demanda de dar perpetuidad a los valores auténticos del Cristianismo. En este trabajo también se ha prestado atención a que el lector sepa dar respuesta a las dudas que se le planteen en su círculo social, puesto que uno de los fundamentos de todos los catecismos es la Evangelización. Resulta complicado concebir que un adolescente sepa responder con un lenguaje técnico y teológico a un amigo que muestre sus inquietudes, por ejemplo, referentes a la relación que hay entre la fe y la ciencia. El YouCat te da una respuesta fiel a las pautas de la Iglesia, pero desde un punto de vista atrevido, adaptado y sincero. No sólo eso. El YouCat aborda temáticas que hasta ahora los responsables de nuestras parroquias no se atrevían a tocar. Así pues, cuestiones como la pornografía, homosexualidad, masturbación, ciencia, internet, resto de religiones... se nos muestran abiertamente, de forma clara y concisa y sin ningún miedo a la crítica. En el prólogo, escrito por Benedicto XVI, se nos invita al debate y a la discusión del YouCat, ya que existe la consciencia de que muchos de los planteamientos que se hayan en el libro son objeto de controversia. Yo reconozco que existen afirmaciones con las que no estoy completamente de acuerdo, y estoy deseando compartirlas con mi comunidad para escuchar otros puntos de vista y poder llegar a una conclusión.

Hay otro aspecto que me ha llamado la atención, y es que me da la impresión de que algunas preguntas han sido formuladas exactamente igual a como las formularía una persona que pretenda provocar al creyente. Seguramente que los que practiqueis el Cristianismo sabéis a lo que me refiero. Son ese tipo de preguntas que llevan un plus de peligroso veneno que van directamente a buscar la zona sensible del cristiano, pero que el cristiano debe saber afontar con madurez, fiel a su fe y a su condición de seguidor de los fundamentos que Cristo nos sugirió. En este catecismo existen preguntas de este tipo. Cuando uno las lee rápidamente les resultan familiares porque nos damos cuenta de que responden a los planteamientos que hace la televisión, internet, la gente que no sabe, la gente que provoca... y francamente dan respuesta a todas ellas con una notable eficacia.

Es una buena herramienta para trabajarla tanto en soledad como en grupo, siendo ésta última una excelente forma de exponer nuestras propias conclusiones sobre el tema que sea. Benedicto XVI es consciente de lo muy productivo que puede resultar el aprendizaje de los fundamentos de nuestra Iglesia si se hace desde la comunidad, y es por ello que nos regala esta guía del cristiano para que la exprimamos hasta la saciedad.

Intentaré utilizar mi blog para traer eventualmente diversas cuestiones que considero algo más críticas, bien sea porque son temas delicados, o porque tengo algún tipo de discrepancia, duda o cuestión que necesito aclarar. De momento tengo previsto asistir, junto a la comunidad jóven cristiana de mi pueblo, a reuniones donde abordaremos aspectos del YouCat. Estaremos jóvenes de diversas edades, desde preadolescentes que desbordan hormonas a granel, adolescentes que atraviesan la etapa del "moto-ratón", jóvenes que empiezan a preguntarse con mayor madurez y profundidad, jóvenes más maduritos, y pre-padres, quizás el último peldaño antes de empezar a ver la vida con otros ojos totalmente diferentes (o eso dicen). Estoy muy impaciente, tanto por conocer más cosas como por contarlas, porque quiero mostrar a los demás las cosas que han servido para alimentar mi alma con la misma ilusión con que yo las he recibido.

Os recomiendo, a quienes no conozcais el libro, que le echéis un vistazo. También se lo recomiendo encarecidamente a quien tenga algún tipo de prejuicio con la Iglesia, porque por una parte, tendrá la más sincera respuesta a sus, posiblemente, acusaciones, y por otra parte, es posible que, si esa persona tiene alguna inquietud espiritual y no encuentra respuestas, quizás quiera compartir su fe con nosotros. No se iba a arrepentir, os lo aseguro.

Más adelante iré planteando diversas cuestiones de este magnífico catecismo. Espero que sirvan

miércoles, 16 de noviembre de 2011

De bancos e hipotecas. Ayyyy, señor...

Este tiempo atrás, en las redes me hacía una sincera pregunta pero que nadie me supo contestar con acierto. Planteaba mi duda respecto a que culpemos a los bancos del desastre que tenemos en nuestro entorno. No quiero defender a los bancos, Dios me libre. Simplemente digo que no veo claro el por qué cargamos la culpa contra ellos. Yo hice varios análisis. Uno de ellos era el siguiente: vamos a ver, si nosotros acudimos a un banco para que nos preste un dinero, el banco nos pone encima de la mesa un papel que tenemos que firmar, en el cual nos dice que el banco, a cambio del favor, recibe unos intereses (que no son fijos, pueden aumentar) (o disminuir) que hacen variar el precio del préstamo. Bien. En ese momento, el que necesita el dinero puede hacer dos cosas, firmar o no firmar. Si firma, el pobre se compromete a cumplir ese contrato, y no sólo eso, sino que se compromete a cumplirlo PASE LO QUE PASE. Yo  no entiendo una cosa; ¿por qué la gente se echa las manos a la cabeza cuando, por desaveniencias del destino, el banco exige el cumplimiento del contrato y el pobre no puede pagarlo? ¿Por qué arremete el que ha firmado contra el banco por pedir éste sus derechos? Se acusa a los bancos de carroñeros, de piratas y de inhumanos. ¿Por qué? ¿Por qué antes estuviste de acuerdo con sus cláusulas y ahora no? Cuando las cosas te iban bien, incauto inexperto, comulgaste con algo que luego vas a criticar por ir en contra de tus principios. Te echarás a la calle en mayo, tirarás huevos y llevarás a la horca al capitalismo colgado de un nudo de corbata. Pero yo te digo que el irresponsable eres tú. Nunca te diré "pues ahora aguántate", por injusto que sea es un drama, pero sí te diré que seas prudente y que te calles, porque tú formas parte de la farsa. Es más, tú formas parte del pilar fundamental sobre el que se sostiene esta farsa.

Los bancos, a diferencia de lo que pueda parecerle a muchos, no son organismos de ayuda humanitaria ni son sostenidos por la divina caridad. No. Los bancos son de esos negocios-sanguijuela que todos necesitamos para vivir mejor, pero negocios al fin y al cabo. Son negocios-sanguijuela porque su principio de sostenibilidad es el dinero, todo ello gestionado bajo la legalidad, no bajo la ética. Un negocio cabe en nuestra sociedad si es legal, no ético, y es por eso por lo que a los bancos no podemos exigirle ese plus de moralidad, al contrario que a mucha gente, que crucifica a los banqueros por no ser éticos, pero luego ellos mismos son los que nutren precisamente ese sistema que de puertas a fuera simbolizan con una vívora agarrada al símbolo del dólar.

Es muy doloroso ver como proliferan los deshaucios a las familias que, evidentemente, tienen bajos recursos. Es muy jodido comprobar que gente que antes estaba bien, ahora está mal, y no menos impresionante resulta saber que esto era previsible. La gente está pagando el precio de vivir por encima de sus posibilidades. No puede ser que se pase de 0 a 100 tan rápidamente sin riesgos, y no me puedo creer que esos riesgos hayan pasado tan desadvertidos. ¿Qué carajos haces metiéndote en una hipoteca de 200.000€, sin un trabajo fijo (y aunque lo tuvieras), con una nómina de alrededor de 1.000€ y sin ahorros? No se. Los salones de casinos son lugares donde, dentro de la legalidad, uno juega, arriesga dinero y unas veces gana y otras pierde, y a nadie se le ocurre exigirle ética al croupier y decirle "...no, es que yo no sabía... es que es mi primera vez... es que no comprendí bien el juego..." Bien, pues los bancos son algo así como un casino, solo que por el que pasamos todos. Eso sí, cada uno elige lo que está dispuesto a arriesgar. Pero que no falten los que piden que en nuestro sistema  no entren los bancos. Claro... La ley hay que cambiarla de tal forma que un banco me cobre poquito por mi hipoteca, cuanto menos mejor, y que si hay dificultades, pues que me perdone la deuda, porque pobrecito de mí, con lo a gusto que estoy yo viviendo en mi mierda de piso de 80 metros cuadrados, eso sí, en el mejor sitio. Podría haberme comprado una vivienda de segunda mano, o haber vivido de alquiler, puesto que no tengo ahorros, o podría haberme ido un poco más lejos, donde la vivienda cuesta la mitad, o a un pueblo, donde incluso puedo cometer la locura de construirme mi casita por la tercera parte de lo que cuesta en la ciudad, y el doble de grande, pero preferí la ciudad. Menos mal que tengo una esperanza de vida de 80 años, y tengo tiempo para pagar mi hipoteca. Si la cosa pinta mal, pues vayamos todos a la manifestación contra los mercados y los bancos e intentamos fastidiarles para que la cosa vaya mejor. Ahora bien, el bonobús lo pago con tarjeta de crédito, que no llevo suelto, pero que la crisis la paguen los bancos. No se con qué dinero, pero que la paguen los bancos. Yo voy a la manifestación con mis simbolitos, mis frases hechas, mis tópicos y mi disfraz de antisistema, pero como no se de lo que hablo, al salir de la manifestación recupero mis hábitos, porque yo, sin comida precocinada, sin mi iPhone, sin mi coche que consume carburante, sin mi tele, sin mis adicciones... pues como que no se vivir. Puedo incluso prescindir de trabajar, de escuchar, de construir... pero mi opio que no me lo toquen. ¡¡Señores, que el error no es de los bancos!! ¡¡El error es de nuestros hábitos!! Si tuviéramos dos dedos de frente y gastásemos lo que tenemos, todo funcionará mejor. El error sí que es del sistema, pero del sistema social, no financiero.

A tenor de esta reflexión, hay otra cuestión que merece un segundo análisis. Cuando un banco está en apuros, ¿de quién depende una intervención del Estado para rescatar a ese banco? Pues según. En el caso de los bancos, el dinero que el Estado o Europa les concede pueden ser en forma de garantías o inyecciones de liquidez, para sufragar la pérdida económica por la devaluación del dinero de los depósitos del banco, o con concesiones de préstamos a muy bajo interés, respectivamente. En el caso de las cajas de ahorros, como nuestra queridísima CCM, literalmente se inyecta dinero para tapar los agujeros que provienen, en este caso, repito, de una nefasta gestión. Eso es lo que está mal. Los bancos siempre estarán expuestos a que una crisis afecte a sus depósitos, independientemente de sus gestiones, a pesar de que ellos tengan mecanismos preventivos. Pero cuando una crisis es gorda, se sobrepasan esas previsiones, y hay un gran riesgo de que aquello se vaya al garete. Supondría un verdadero caos para el ciudadano de a pie, puesto que su dinero está en peligro, además de que el banco tendría serios problemas para seguir comprando, por ejemplo, deuda pública, algo que interesa a España como conjunto. Por eso interviene el Estado o Europa, para evitar que exista ese problema. Yo lo veo bien, es algo que nos interesa a todos. Nos conviene que los grandes bancos funcionen correctamente para que puedan intervenir en la balanza económica en caso de apuro. Por lo tanto, que los desarrapados manifestantes se informen un poquito antes de colgar a inocentes negociantes y mercaderes, porque lo mismo se están confundiendo de términos. Aquí es donde quiero llegar. Un político, por ejemplo, presidente de una autonomía como Castilla la Mancha, inyecta dinero a una caja de ahorros, por ejemplo CCM, para remendar un error que ha sido causado por negligencias de personas que curiosamente el presidente de esa autonomía ha puesto con su dedo omnipotente, y nadie dice nada. Aquí sí que se debe juzgar la ausencia de ética, pero no por parte de la entidad financiera, sino por parte de la entidad política que, primero consintió que personas de dudosa eficacia estuvieran a cargo de la caja de ahorros, y segundo, por pagar con dinero público el error que ese ineficaz parásito ha causado en los depósitos de todos. Pero claro, cuando la atmósfera que envuelve a ciertos cargos públicos tiene un mágico color político, pues el gritón y enterado (y posiblemente sindicalista) perroflauta se queda en casa jugando con su wii. Pero si el escándalo tiene su origen en otras aguas, no importa ni la ética ni la razón, la calle se llena de banderolas rojas, blancas y negras exigiendo la horca para Botín, para el Euro, para Esperanza Aguirre (¿por qué no? siempre es un comodín) y para el que ha hecho una fortuna trabajando. Esa es nuestra moral.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Los indignados de agosto. La cruz que llora

La valentía y la cobardía. Indignados e indignos. Hatajo de ignorantes...
Se preveía que el movimiento de los desencantados con el sistema (del Universo) iba a hacer ruido en agosto, cuando Madrid atraviesa su mes más tranquilo y cuando el Sol hace más daño. Algunas pintadas del palo de "Arderéis como en el 36" advertían a unos jóvenes católicos de que, para la ocasión de la JMJ, algunos becerros sin cencerro tratarían de llamar la atención. Lo consiguieron. El movimiento 15-M (sí, sí, el de los "indignados", el mismo que se cuelga la medalla de la tolerancia y el respeto) y otras ciento y pico instituciones, asociaciones y organismos convocaron una concentración paralela al evento buscando claramente la provocación. No es una opinión gratuíta la mía. Lo digo porque en su manifiesto figuraba lo de exigir al Gobierno que aquello no fuese sufragado por las arcas del país, hecho que de antemano sabían que carecía de fundamento. En junio el Bobierno (se que lo he escrito con b, me he confundido, de verdad, lo que pasa es que me lo he pensado y no lo voy a corregir) dijo públicamente que la totalidad del acontecimiento estaba íntegramente financiada por la organización. La mochila de la discordia nos costó 50 euros a cada peregrino, y aunque a muchos les hubiera gustado que no fuera así, la mochila incluía un billete de metro para desplazarse libremente durante los 6 días de las jornadas. El despliegue de seguridad lo paga el Estado, eso sí, pero eso no forma parte del acontecimiento, sino una actuación obligatoria, cuyo despliegue siempre está condicionado por el número de asistentes. Si se juntan 2 millones de jugadores de parchís en una ciudad, independientemente del ruido que produzcan los cubiletes, el despliegue es similar al que tuvo lugar para la Jornada Mundial de la Juventud. Es de cajón.

Una vez que los descencerrados supieron que la laicidad de España funciona viento en popa, no tuvieron argumentos para arremeter contra los católicos. Ni falta que hace. Una ocasión para que el mundo entero sepa que el terrorismo en España no siempre es vasco no se puede dejar pasar así como así. Todos deben ver hasta dónde estamos dispuestos a llegar. Nadie se sorprende de lo peligrosa que puede llegar a resultar una monja, o una familia con niños pequeños, o el malicioso poder que tiene una masa de jóvenes que rezan vete tú a saber a quién, ¡¡¡a Franco por lo menos...!!! No, no, no... -Todos tienen que saber que los que defendemos la República, las asociaciones de gays y lesbianas, los que somos de izquierdas, los "librepensadores", acostumbramos a reclamar nuestra idea de laicismo de esta manera-, deberán pensar estos insensatos (ya se han recibido, dicho sea de paso, las pertinentes disculpas de los republicanos, homosexuales y laicos que evidentemente discrepan con el modus operandi de estos "indignos"), que todavía no han desarrollado la picaresca de esconder sus acciones a los miles de objetivos que, atónitos, recogían el maravilloso testimonio gráfico. Sí señor.

Pues es una pena.

Como suelo hacer en estos casos, procuro empatizar con el que comete un error. Lo he vuelto a hacer. En este caso creo adivinar que se trata de una masa de cientos de individuos con cientos de circunstancias que comparten un denominador común, el RESENTIMIENTO. ¿Bajo qué realidad actuaría una masa tan rabiosa, tan violenta y tan fuera de sí? ¿Realmente esta gente sentía la provocación de los miles de jóvenes católicos? Uno de los violentos afirma que un grupo de jóvenes peregrinos lo estaban provocando porque ante la manifestación de "indignados" ellos se sentaron y comenzaron a rezar (algo me da que rezaban por ellos). No se. Rezar como atenuante de una provocación....




El poder de la caterva es impresionante. Puede envenenar al indivíduo y crearle una condición de sentirse "miembro", creerse parte de algo. Si hay alguna explicación psicológica que demuestre esto, probablemente haya otra que explique que de ser así, cada indivíduo que arremete contra el indefenso lo hace porque está sólo, porque no tiene nada, porque está vano. El vacío saca lo peor de las personas, y no hay persona expuesta a mayor peligro que la que no tiene nada. Sólo hay una cosa que puede llenar el vacío, la antimateria, lo oscuro, la nada: de todo esto es capaz el odio. El odio es la gangrena que se autoalimenta y se extiende de forma irracional. Es como la fe pero al inverso. El odio se zambuye en el absurdo y no entiende de fundamentos. No sabe leer ni escribir, ni sabe escuchar. El odio es capaz de cambiar hasta la anatomía de las personas, enrojeciendo sus ojos, enervando sus músculos y dilatando sus vasos sanguíneos. Se manifiesta a través de  la boca, neutraliza los oídos. El odio es una autodefensa casi instintiva ante los remordimientos, la infelicidad, la falta de  autorrealización y el fracaso. Hace dirigir la violencia contra el débil, el que no presta atención. Así pues, cuanto más ignoraban los peregrinos a la masa de energúmenos, éstos más se encolerizaban y se envenenaban de sí mismos. Las acusaciones crecían y una vergüenza ajena se quedaba para la eternidad entre el objetivo y la película fotográfica de cada anónimo reportero que presenciaba aquello. ¿Habría algún tipo de reportero en la Vía Dolorosa? ¿Sentiría algo similar el Evangelista cuando en el Gólgota presenciaba la consumación del mal?

Lógica respuesta de los indignos ante las provocaciones de los peregrinos
Si bien aquella masa de peregrinos supondría la cruz de la Iglesia, la tarde del 17 de agosto esa cruz tuvo clavos. Esa tarde la cruz tuvo espinas y clavos, los que atravesaron las manos de la libertad y la dignidad, los que soportarían el peso de los errores de 2 millones de personas y sobre los que penden las debilidades de nuestra razón de ser.

Sin saberlo, los indignados también estaban llamados a las Jornadas. Es posible que Dios los llamase de esta forma. Los vulgares tenían una misión en Sol, y a Dios le han salido las cosas bien. El día 17 de agosto, en Madrid pudimos contemplar toda una aplicación de la oración de San Francisco, la cual pide que yo sea el que sirva amor cuando me ofrezcan odio, y amor fue de lo que se llenaron los bolsillos unas personas que voceaban. La ofensa se canjeó por un perdón sincero en todos los idiomas. Y yo estaba allí. Yo lo ví. Una comitiva presidida por un papamóvil de cartón que portaba un falo repartía condones y discordia, y una tempestad de unión cristiana barrió la ignorancia como un tsunami de cánticos y de alegría, y la alegría se contagió ante la enfermedad de la desesperación. La fe que desfilaba entre paseíllos de dudas es el regalo que todavía queda tatuado en las pupilas de los que estábamos allí, incluídos los que no veían, y miles de almas que se sentaron en el suelo consiguieron ser iluminados por la luz que alumbra el orgullo de vivir en la fe de Cristo. Ese sentimiento realmente me hizo consolar al que estaba asustado, y no ser consolado, comprender y no ser comprendido, y amar como respuesta a la ausencia de amor. Sí, San Francisco estaba allí. No me cabe ninguna duda de que era Asís quien iluminaba Sol. San Francisco estaba allí... Quizás fuese uno de aquellos policías, contemplativo e imparcial ante el espectáculo, paciente, templado y guardián, tanto de unos como de otros. Tal vez.

Sea como fuere, cada uno de los peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud atesoramos aquellos días como de los más maravillosos de nuestras vidas. Todo tiene sentido. Pues claro que tenemos la certeza de que justo en frente de nuestras narices se encuentra la verdad... Nunca me he sentido tan orgulloso de sentirme cristiano. Si es verdad que nunca antes los clavos han escocido tanto para mí, tampoco nunca antes he sentido tanta dicha de ser parte de la cruz sobre la que descansa la fe de tantísimas personas.



viernes, 11 de noviembre de 2011

Las Bolboretas

En los más bellos bosques que podamos imaginar, allá donde los árboles altos son el único tesoro. Donde el agua corona la más bella combinación entre el cielo y la tierra, y donde los pájaros evaden hasta la misma gloria a la persona más inmune a los sentimientos. Allá donde es difícil distinguir sueño de vigilia, y donde poesía, música o literatura pasan desapercibidas, allá habitaban una chica y un chico, hermanos ellos desde no hacía muchos años, quince no más. Ellos dos habían vivido siempre en aquel lugar. Nunca habían salido de allí, y sabían apreciar hasta el más mínimo detalle de aquella maravillosa obra. Lo conocían todo muy bien. Habitualmente bajaban al río a pescar o a chapotear, siempre juntos, pues eran hermanos y todo lo habían aprendido a la vez. Faldas y camisas en una cuerda que siempre sujetaba blancura, y canicas en su puerta. Madera dentro de la casa, y siempre olores y colores agradables. En sus costumbres figuraba la de arroparse con alfombras de lana bajo las ventanas del cielo de la noche, jugando con lo que sea, o hablando, y tras imaginar un rato, podían arroparse después con las mismas estrellas, con la luna y con todos los sonidos de la noche. Ellos sabían que todo aquello había sido concebido para ellos, y no pasaba ni un solo día que no se dijeran lo afortunados que habían sido al ser los únicos testigos de aquel perfecto escenario, ellos dos, los dos.
Tenían un bonito entretenimiento, que consistía en meterse en el río, ponerse a varios metros de distancia, y pasarse a través de la corriente bolitas de algodón, que ellos llamaban bolboretas, dentro de las cuales había mensajes, objetos poco pesados, regalos. Cualquier cosa pequeña que permitiese que el algodón no se hundiera. A veces los regalos eran ciertamente maravillosos, como trocitos de madera que se parecían a cosas, o pequeñas piedras con colores bonitos. Otras veces simplemente era algún papel con alguna disculpa, con alguna proposición, un chiste… cualquier cosa era buena para hacerla flotar en los trozos de algodón.
Un día, cuando marchaban a jugar al río, se encontraron una sorpresa, y no sabría decir si agradable o no. No se movía, ellos tampoco, pero al final decidieron levantar el cuerpo inconsciente de aquel joven muchacho al que posiblemente la corriente habría arrastrado desde algún sitio de la montaña. Lo llevaron a  casa, y allí le colmaron de cuidados. Era un muchacho alto, pero delgado, rubio oscuro, y con unos ojos muy profundos. Era muy expresivo: sus manos, sus ojos, sus gestos… Resultaba muy apacible su presencia. Pasó allí varios días recuperándose, siendo el protagonista de un trato muy especial. Se dio cuenta éste de que estaba en un verdadero paraíso. Todo era bonito, perfecto. Había tenido mucha suerte de haber aparecido allí y haber tropezado con aquella gente, sobre todo con la chica, la cual revolvió los sentimientos que dormían en su interior, después de recibir sus cuidados, sus favores, sus mimos. Pidió quedarse allí por más tiempo, y a ellos les pareció bien, pues todo de aquel muchacho estaba acorde con la vida de los hermanos. Se preparó un lecho en condiciones para que él durmiera, y ciertamente le resultó cómodo.
En mitad de una noche, tan especial como cualquier otra, hubo tormenta, y la chica cayó en la cuenta de que la cama del muchacho no tenía suficiente ropa, así que de debajo de su cama sacó una manta y se la llevó. Lo fue a tapar, cuando ella pudo apreciar que también él estaba despierto. Tras un silencio, él se incorporó, se acercó a la chica y la besó en los labios. Sintió ella algo que jamás había sentido, un hormigueo en el pecho como nunca lo tuvo. La cogió él de la mano y se dio cuenta ella de que tampoco la habían cogido así nunca.
Pasó con él la noche.
Al día siguiente el hermano se levantó pronto para ir a pescar. Ahora tenía que pescar un poco más, pues eran tres. Pasó toda la mañana en el río, y a mediodía regresó a su casa. Dentro descubrió que no hablaba nadie, y que ningún ruido se podía distinguir. Buscó por toda la casa, pero ciertamente no había nadie dentro. Se dispuso a hacer la comida, pero aquel día él comió sólo. Nunca más vio a su hermana ni al muchacho.
A partir de entonces el hermano vivió en soledad, en amarga soledad, pero enamorado de su hermana, el ser más importante de su vida, el único ser de su vida, de la que nada más supo, a la que todo se lo debía.
 Un profundo sentimiento de dolor le fue invadiendo día a día, pero él continuaba yendo por las tardes a hacer bolboretas al río. Seguía depositando mensajes en los trozos de algodón, y regalos, y dejaba que la corriente se los llevase. Tenía la esperanza de que en algún lugar del río su hermana los recogiese, y así tener la certeza de que nunca se le olvidaría el inmenso amor que le tenía. Él quiso ser feliz porque confiaba en que ella también lo fuera.


"...es el amor visto con ojos de niño,
bolboretas con mensajes de amor,
y mensajes de lágrimas que flotan en el río"

jueves, 10 de noviembre de 2011

El peso específico de la ignorancia

Este es mi primer post, y me he animado a escribirlo porque me hierve la sangre. Cada vez que veo más elementos en mi correo, en mi facebook, por la calle, por los medios, que increpan sin consideración contra la gente que comparte sus creencias religiosas a través de la Iglesia Católica me hierve la sangre. Sé que no es algo nuevo, por supuesto que no, pero no puedo dejar de indignarme, más si cabe cuando compruebo que los ataques son proporcionalmente más violentos cuanta más ignorancia habita en quien lo firma.

Lejos de pretender mostrar a la Iglesia como el símbolo de la perfección, sí que tengo una inquietud para poner mi grano de arena y ayudar a consolidar los principios que defiende mi comunidad. Estoy muy cansado de intentar responder con el razonamiento al decepcionado con la Iglesia que emplea el ataque y el insulto, pero hay tantas veces que pienso que es tan inútil... Pienso que es inútil intentarlo al comprobar la mala leche con que se hacen estas cosas. Cuando en las redes circulan imágenes como ésta, claramente no se pretende  concienciar a nadie de que Dios no existe, de que la Iglesia está equivocada o de que existen errores que se urge corregir. No. Cuando veo imágenes de este tipo, lo que tengo claro es que se quiere dañar. No me preocupa el daño que se pueda causar, claro que no. Nunca me va a herir una imagen como ésta. Más bien lo que a mí me hiere es saber que los responsables de estas tonterías no tienen intención ni de escuchar, ni de aprender ni de llegar a una conclusión. Cuando veo a Wyoming haciendo su espectáculo, hablando para su pestilente (y reducido, por cierto) auditorio, no veo un análisis de los problemas de la Iglesia, no veo una intención de aquel que discrepa y trata de aportar soluciones. Cuando se le ve al muy gañán decir que el Papa encubre actos de pedofilia, tampoco veo que su "profundo estudio" aporte ningún tipo de fundamento. Lo que veo son vómitos arrojadizos basados en la rumorología y diretería a la que nos tienen acostumbrados aquellos "fenómenos" del periodismo que se creen que por tener un programa de vanguardia, un periódico virtual, o por conseguir un triste espacio en una triste revista pueden pensar que lo son, porque yo, sin ser periodista, conozco la regla de oro que separa al que lo es y al que no lo es. Precisamente ese toque de distinción es poder aportar pruebas sólidas para demostrar que lo que dices tiene una base empírica. Si no es así, te arriesgas a que te llamen pintamonas, ignorante o simplemente que te digan que eres un gilipollas.

Conozco de cerca la obra de Ratzinger. Conozco su forma de actuar, su forma de pensar y por dónde apunta su labor como corresponsable de la educación moral de algo más de 1.000.000.000 de personas. He de decir que en ningún escrito de Ratzinger aprecio otra cosa que no sea una sabiduría, madurez y palabras que me han cambiado la forma de comprender algunos conceptos. Ya hablaremos de ello. No veo referencias al nazismo, a la pederastia, apologías al poder, a la riqueza... Conozco también no sólo su obra editorial, sino los problemas que ha tenido que lidiar en su vida, las falsas acusaciones que ha soportado, las denuncias a las que se ha enfrentado (todas falsas) y conozco también la forma que tiene para dirigirse a quien le quiere escuchar, pero que la gente no comenta, pasa desapercibida. Sí que hay datos que muestran la postura que tiene el Papa ante los actos de que le acusa la masa de la ignorancia, y muchos (Carta del Papa a la Iglesia de Irlanda) Curiosamente todos ellos han sido denunciados en oleada a partir del año 2.002. Me llama la atención que tantas acciones, la mayoría, y dado lo complicado de la cuestión, muy difíciles de demostrar, hayan visto la luz tan de repente, emergiendo como setas, y en diócesis tan conflictivas como la de Dublín (sin negar con ello que en el seno de la Iglesia haya moho. Claro que lo hay, y es responsabilidad de todos limpiarlo, no recrearse, y mucho menos cuando la finalidad es... bueno, la verdad es que no sé cuál es la finalidad de recrearse en los errores de la Iglesia...) Pero a nadie de éstos he oído hacer un balance proporcional de la labor que la Iglesia lleva a cabo para solucionar y aliviar precisamente esos problemas. Sólo se escucha una voz envenenada obsesionada con lo material y con la estética. Recurso fácil. Puede ser cierto que la pompa que los protocolos vaticanos aplican en sus actos no ayude a comprender el mensaje de la Iglesia. Lo entiendo. Yo no necesito ese protocolo. Pero también es verdad que la mayoría de esos elementos que tanto se prestan a ser objetos de crítica forman parte de un legado litúrgico que también identifica a la Iglesia. Posiblemente las cosas cambien con el tiempo, me niego a ser tan retrógrado como a algunos les gustaría. La Iglesia necesita manejar todo tipo de instrumentos para llevar su mensaje a cualquier raciocinio, incluída la corte, el atuendo, el conjunto de elementos para muchos incompatibles con los fundamentos de nuestros pilares, pero lo que tenemos que hacer es saber interpretar estos modos que a muchos les parecen incomprensibles como símbolos que hasta hace muy poco tiempo la masa de gente necesitaba para vestir no a su liturgia, sino a su fe. Tengamos en cuenta que la fe es muy distinta en las personas, en las culturas y en las regiones, y está irrevocablemente condicionada por las circunstancias de todas ellas. Sí, Jesucristo no lucía esas galas. Sus apóstoles tampoco. No obstante, Jesucristo se dejó ungir por el perfume de María Magdalena, porque aquello fue lo mejor que ella tenía para honrarle, y hubo gente que no comprendió el gesto. Para María Magdalena se trataba de un símbolo de honor y de cambio, pues a partir de aquel momento su alma dió un vuelco, siguió a Jesús y sintió la felicidad propia de saber que iba por el buen camino hacia la verdad. Ahora, los curas, obispos y papas representan a Cristo y a los apóstoles, y yo puedo interpretar como un símbolo el hecho de engalanarlos con ese postín. Repito, yo no lo necesito, pero lo comprendo. De la misma forma repito que es posible que las cosas cambien. Hay quien se aventura a llevar su ignorancia más lejos, y al igual que Oogie Boogie, escupen gusanos de calumnias y acusaciones, y exigen unos derechos ante unas irreverencias que sólo existen en sus imaginaciones. -"¡Vender sus tesoros! Para acabar con tanta hipocresía la Iglesia debe vender todo el arte que mantiene"-. Olé. ¿Recordáis la fotografía tan famosa que se tomó en la JMJ de este verano? Corresponde a las increpancias contra los jóvenes católicos por parte de los que se hacían llamar "indignados", y que aprovecharon el evento para "expresarse" en la Puerta del Sol de Madrid. De la misma manera y con el mismo semblante que este tipo de azul, yo imagino a los 2,5 millones de personas que suscriben el grupo de facebook que se llama "Cambio tesoros del Vaticano por comida para África, ¿te apuntas?" Gente que desde el sofá de sus casas exigen a la institución que mayor obra social lleva a cabo en el planeta que venda sus riquezas. Gente que, por lo que yo sé (conozco a muchas personas que simpatizan en ese grupo) no han formado parte en su vida de ninguna acción de voluntariado, gente a la que yo no he visto dar limosna (pero que sí que he visto NO dar limosna. No quiero juzgarlos. Sólo me defiendo comparando) Gente que es ajena a los problemas de los desfavorecidos, y que en un pequeño arrebato de su conciencia, y víctimas de su misma rabia, sepultan su dignidad en la centésima de segundo que tardan en oprimir el botón de "me gusta", confundiendo lo que creen que les une a 2,5 millones de personas anticatólicas, con un camino "campo a través" rumbo al País de la Ignorancia. ¿Alguien ha pedido al Museo del Prado que venda su pinacoteca para destinarla a la obra social? No, porque es inconcebible. ¿Alguien ha solicitado que su país no se gaste dinero en educación o sanidad para derivarlo a los países pobres? No se yo... ¿Alguien de esos 2,5 millones de personas ha vendido todo su patrimonio para ayudar a los demás? Mucho me temo que no. A pesar de tanta gente envenenada, no faltan los que se hacen miembros del grupo para poder opinar y decir que el Vaticano (comisario de la mayor colección de arte del mundo), aunque vendiera todo lo que atesora, podría apaciguar las necesidades del tercer mundo tan sólo durante unos días, o recordarles las miles de instituciones que mantiene la Iglesia en el tercer mundo que se ocupan del hambre, del enfermo, del despistado, del confundido y del que sufre. Pero eso es algo en lo que no interesa pararse a pensar. Para esa gente el arte no vale nada. Nunca verán las obras de Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, el Códice Calixtino (que por otra parte, ya les vale...), la arquitectura de los templos o la imaginería de Semana Santa de la que tanto presumimos, como el legado histórico y antropológico tan importante que se nos ha encomendado cuidar. No. Donde unos ven arte, otros ven dinero. Donde unos entienden educación, otros conciben la guerra. Donde unos ven esperanza, otros ven pasado. Y eso es precisamente lo que me duele, que son esas las actitudes que demuestran la intención de herir y no la de construir. No lo puedo evitar. Me hierve la sangre cuando compruebo el valor del peso específico de la ignorancia...